Los viajes han dejado de ser simples traslados. Hoy, los mexicanos buscan experiencias que les brinden comodidad, bienestar y un valor agregado en cada trayecto. En un contexto en el que el turismo cultural y de experiencias crece en México y el mundo, surge una pregunta clave: ¿cómo pueden las instituciones financieras conectar mejor con sus clientes? La respuesta parece estar en los beneficios de viaje personalizados, donde Priority Pass se posiciona como un jugador estratégico.
El dato es contundente: el 84% de los consumidores afirma que el paquete de beneficios de una tarjeta es igual o más importante que la reputación del banco, y el 83% estaría dispuesto a cambiar de tarjeta si otra le ofreciera acceso a salas VIP sin costo adicional. Esto abre un terreno de oportunidad enorme para emisores financieros que buscan diferenciarse en un mercado competitivo.
Priority Pass y la estrategia de valor para el viajero
La propuesta de Priority Pass no se limita a ofrecer salas VIP en aeropuertos: su apuesta es acompañar al usuario en todo el viaje.
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Antes de volar: los viajeros pueden reservar salas con antelación, acceder a servicios de seguridad rápida y planear su experiencia con mapas interactivos.
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Durante la espera: desde spas, zonas de descanso y bares temáticos, hasta experiencias tecnológicas como robots de servicio, Priority Pass redefine el concepto de “esperar un vuelo”.
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Más allá del aeropuerto: con programas como Destination Deals, los usuarios pueden acceder a atracciones y experiencias locales, llevando los beneficios incluso al destino final.
Este enfoque integral responde a una tendencia clara: los viajeros ya no buscan solo comodidad, sino experiencias completas que conecten con su estilo de vida.
La competencia: ¿qué ofrecen otras propuestas?
El mercado de beneficios de viaje no está vacío. Existen otros jugadores que también buscan conquistar a los viajeros frecuentes:
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LoungeKey: ofrece acceso a salas VIP en aeropuertos, pero se centra principalmente en beneficios vinculados a tarjetas bancarias específicas, limitando el alcance directo al consumidor.
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American Express Centurion Lounges: reconocidas por su diseño exclusivo y servicios gourmet, estas salas se enfocan en un público premium, aunque restringen el acceso a ciertos tarjetahabientes de alto nivel.
La diferencia de Priority Pass radica en su amplitud y flexibilidad: más de 1,500 salas alrededor del mundo, beneficios asociados a distintas instituciones financieras y un portafolio en crecimiento que va más allá del aeropuerto, integrando bienestar, tecnología y experiencias locales.
Bienestar y tecnología: tendencias que definen el futuro del viaje
La economía global del bienestar alcanzó los 6.3 billones de dólares en 2023 y se espera que llegue a 9 billones en 2028. Priority Pass ha sabido leer este escenario al incluir espacios para yoga, meditación o cápsulas de sueño en aeropuertos de ciudades como Los Ángeles y Medellín.
La tecnología también se consolida como motor de transformación. Según el informe Tomorrow’s Journey, el 60% de los viajeros afirma que la automatización incrementa su gasto en el aeropuerto. Priority Pass capitaliza esta tendencia al ofrecer experiencias digitales personalizadas, lo que convierte la espera en una oportunidad para disfrutar, no en un obstáculo del viaje.
Una nueva forma de fidelizar a través del viaje
El turismo en México sigue en ascenso: los consumidores destinan en promedio 5,051 dólares por viaje, según la Universidad Anáhuac y SECTUR. Esto confirma que los mexicanos están dispuestos a invertir en experiencias que realmente valen la pena.
En este escenario, Priority Pass se consolida como el aliado ideal para las instituciones financieras que buscan no solo retener clientes, sino generar una conexión emocional a través de beneficios tangibles y diferenciadores.
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