La filantropía en México está entrando en una nueva era. Ya no basta con donar o ayudar por ayudar. Hoy se trata de medir el impacto, usar tecnología, colaborar con empresas y apostar por modelos sostenibles. En esta entrevista exclusiva para attohh.com, Saúl E. Castillo Valdés, actual Gobernador del Distrito 4130 de Rotary International, explica cómo la innovación está transformando la inversión social en el país.
¿Cómo ha evolucionado la filantropía en México en los últimos años?
Saúl E. Castillo Valdés: Hoy hablamos de una filantropía más estratégica, más consciente y más orientada al impacto. En México hay más de 45 mil organizaciones de la sociedad civil registrada , muchas de ellas ya adoptan modelos de evaluación, transparencia y profesionalización . ya no basta. Hoy hablamos de una filantropía más estratégica, más consciente y más orientada al impacto. En México hay más de 45 mil organizaciones de la sociedad civil registradas, muchas de ellas ya adoptan modelos de evaluación, transparencia y profesionalización. Ya no basta con buenas intenciones; ahora se busca un retorno social de inversión (SROI) y resultados medibles.
Además, los nuevos donantes «especialmente los jóvenes» quieren involucrarse activamente, no solo transferir recursos. La causa, la narrativa y la rendición de cuentas son clave.
¿Cuáles son los principales desafíos para las organizaciones sociales en México?
Saúl E. Castillo Valdés:
El primero es la falta de confianza. Solo el 19% de los mexicanos confía plenamente en las OSC. Luego viene la fragmentación : muchas organizaciones hacen lo mismo, sin coordinarse. Además, la escasez de herramientas digitales y modelos sostenibles limita su alcance.
Otro reto importante es el marco fiscal. Aunque hay incentivos, muy pocas empresas los aprovechan. A esto se suma la dificultad para atraer talento profesional al sector social, que muchas veces no ofrece condiciones laborales competitivas.

¿Qué papel está jugando la tecnología en la transformación de la filantropía en México?
Saúl E. Castillo Valdés:
La tecnología lo está cambiando todo. Nos permite ser más eficientes, más transparentes y más cercanos a las comunidades. En Rotary, por ejemplo, plataformas como Raise for Rotary han revolucionado la forma en que recaudamos fondos.
Además, herramientas como Salesforce Nonprofit Cloud, Google Data Studio o incluso el uso de blockchain en trazabilidad financiera están elevando la confianza de los donantes. Las organizaciones que han adoptado tecnología han logrado reducir costos operativos hasta en un 25% y aumentar su mejora significativamente.
¿Cuáles son las herramientas tecnológicas que ya están marcando una diferencia en el sector social?
Saúl E. Castillo Valdés:
Algunas herramientas clave que están transformando la filantropía en México y el mundo son:
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Raise for Rotary , que permite crear campañas personalizadas a nivel global.
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Donadora , que democratiza el acceso al financiamiento colectivo.
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Salesforce Nonprofit Cloud , que optimiza la gestión de relaciones con donantes.
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Google Data Studio , que permite reportar resultados con visualizaciones claras.
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Y también el uso de blockchain , especialmente en campañas globales como End Polio Now , para garantizar la transparencia.
Estas plataformas no solo modernizan el trabajo de las organizaciones, también generan confianza y compromiso en los donantes.

¿Qué tan preparadas están las organizaciones mexicanas para la transformación digital?
Saúl E. Castillo Valdés:
Desafortunadamente, la mayoría todavía no. Solo un 28% de las organizaciones en México tiene indicadores de impacto sistematizados. Sin embargo, aquellos que sí han invertido en tecnología y capacitación han logrado mayor transparencia, eficiencia operativa y recaudación más efectiva.
En Rotary promovemos activamente este cambio: capacitamos a nuestros líderes, digitalizamos nuestros procesos y medimos el impacto de cada programa. Lo importante no es solo ayudar, sino demostrar con datos cómo ayudamos y qué resultados obtuvimos.
¿Cómo hacer campañas de crowdfunding social efectivas en México?
Saúl E. Castillo Valdés:
Lo primero es tener una historia auténtica y emocionalmente poderosa . Luego, hay que usar imágenes y videos reales, no de archivo. El contenido audiovisual aumenta las conversiones hasta en un 105%.
También recomiendo ser radicalmente transparente: explique claramente a dónde irá cada peso recaudado. Actualizar frecuentemente a los donantes es otra buena práctica. Y por supuesto, involucrar embajadores de causa e influencers. Hoy la comunidad digital es clave para amplificar el impacto.
¿Qué está haciendo Rotary en México para integrar la tecnología en sus programas sociales?
Saúl E. Castillo Valdés:
En Rotary hemos digitalizado prácticamente todo. Desde la gestión de subvenciones globales, pasando por plataformas de formación y colaboración en línea, hasta el uso de ClubRunner y MyRotary para gestión de clubes y informes de impacto.
En 2023, la Fundación Rotaria distribuyó más de 330 millones de dólares a proyectos comunitarios en todo el mundo, y la mayoría de esos fondos se gestionaron y monitorearon digitalmente.
¿Cómo lograr una filantropía en México sostenible, más allá de las donaciones ocasionales?
Saúl E. Castillo Valdés:
Necesitamos cambiar el paradigma. La filantropía no puede seguir siendo asistencialista. Hay que apostar por modelos que empoderen a las comunidades: microcréditos, emprendimientos sociales, inversión en educación y salud de largo plazo.
La clave está en la co-creación con la comunidad , las alianzas multisectoriales y la evaluación constante con metodologías como el SROI . Así es como aseguramos que el cambio sea real, duradero y escalable.
¿Qué deben hacer las marcas para que su compromiso social sea auténtico y no se perciba como marketing superficial?
Saúl E. Castillo Valdés:
Tienen que alinear su propósito con acciones reales y medibles . Donar no es suficiente: se requiere compromiso, transparencia y participación activa. Hoy, el 73% de los consumidores en Latinoamérica prefieren marcas que actúan con responsabilidad social auténtica.
Una campaña bonita en redes no es filantropía. El impacto tiene que vivirse desde dentro de la organización: desde el liderazgo hasta sus procesos. La responsabilidad social no debe ser marketing; debe ser estrategia empresarial.
¿Qué tendencias marcarán el futuro de la filantropía en los próximos cinco años?
Saúl E. Castillo Valdés:
Vamos a ver un avance notable en cinco áreas clave:
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Inteligencia artificial para anticipar crisis sociales.
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Blockchain para trazabilidad y cero corrupción.
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Apps de donación automática con redondeos o suscripciones.
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Gamificación para involucrar a nuevas generaciones.
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Filantropía corporativa como parte central del negocio.
Quien no innove, se quedará atrás. Pero lo más importante no será la tecnología, sino el propósito con el que se usa.
¿Puedes compartirnos algún caso de éxito reciente que combine tecnología y filantropía?
Saúl E. Castillo Valdés:
Sí, varios. Uno de los más recientes es el Miss Vicky Challenge , una campaña digital en Rotary que recaudó más de $3,000 USD para erradicar la polio en menos de una semana, gracias a su narrativa emocional, uso de redes y transparencia.
También me inspira DataKind México, que utiliza IA para prevenir la violencia de género en colaboración con gobiernos locales. Y Donadora, que ha canalizado millones de pesos hacia proyectos ciudadanos. Todos tienen algo en común: una causa clara, herramientas digitales y comunidad.
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Para cerrar: ¿cuál es tu visión personal sobre el futuro de la inversión social en México?
Saúl E. Castillo Valdés:
Estoy convencido de que la filantropía del futuro será más humana, más inteligente y más colaborativa . Lo que necesitamos ahora es cambiar la cultura: medir el impacto, usar la tecnología como aliada y co-crear soluciones desde las comunidades.
El cambio no vendrá de una sola organización, sino de una red de actores públicos, privados y sociales trabajando por un mismo propósito: mejorar la vida de los demás de forma sostenible y transparente .