En un país donde millones de niños enfrentan condiciones de vulnerabilidad, las alianzas entre empresas y organizaciones sociales se convierten en un motor de esperanza. En esta línea, McBride (Caribbean) Limited, fabricante de los aromatizantes Beep, junto con su distribuidor en México, Gifan Internacional, entregaron un donativo de productos no perecederos a la Asociación Hogar de Amor y Protección al Niño A.C., una institución con más de tres décadas de trabajo en favor de menores huérfanos, maltratados o en situación de abandono.
Más que un donativo: Una estrategia de responsabilidad social
El aporte, entregado a la Casa Hogar en Puebla que alberga a 22 niños de entre 3 años y edad universitaria, forma parte de los programas de responsabilidad social corporativa que McBride ha desarrollado en distintos países de América Latina. Según Felipe Vélez, gerente regional de Ventas y Mercadeo de la compañía, la acción responde a un compromiso de largo plazo:
“Durante varios años hemos buscado formas de apoyar a quienes más lo necesitan con donativos que alivian sus necesidades cotidianas y contribuyen a mejorar su calidad de vida. Sabemos la importancia de la niñez en el tejido social de México, por eso quisimos volver a entregar este apoyo”, afirmó.
De esta manera, Beep no solo busca posicionarse en el mercado de productos de consumo, sino también construir un puente entre su identidad de marca y las necesidades reales de las comunidades donde opera.
¿Qué hace distinta esta propuesta frente a la competencia?
En México, diversas marcas del sector consumo masivo han integrado programas sociales a su estrategia de negocio. Unilever, por ejemplo, ha desarrollado proyectos enfocados en higiene y nutrición infantil; mientras que Procter & Gamble ha impulsado iniciativas relacionadas con el acceso al agua potable y la educación.
La diferencia con Beep está en el enfoque local y comunitario: en lugar de grandes campañas globales, sus esfuerzos se han dirigido a apoyar de manera directa a instituciones mexicanas que atienden a poblaciones específicas. Este modelo de cercanía no solo refuerza la confianza de los consumidores, también proyecta una imagen de marca alineada con valores de solidaridad y compromiso genuino.

Una conclusión que inspira
El caso de Beep y McBride (Caribbean) Limited muestra cómo una empresa puede trascender la relación comercial para convertirse en aliado del bienestar social. El donativo a la Asociación Hogar de Amor y Protección al Niño no es únicamente un acto de apoyo material: es un recordatorio de que la niñez necesita acompañamiento, cuidado y oportunidades para crecer con dignidad.
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