La migraña no es un simple dolor de cabeza: es un padecimiento neurológico incapacitante que afecta de manera directa la vida laboral, social y emocional de millones de personas. En México, se estima que 17 millones de habitantes viven con migraña, lo que equivale al 15% de la población. Una cifra que la convierte en uno de los problemas de salud más relevantes y, al mismo tiempo, más invisibilizados en la agenda pública.
En el marco del Día Mundial de la Migraña (12 de septiembre), especialistas de la Asociación Mexicana para Cefaleas y Migraña (AMCEMIG) subrayan la urgencia de reconocer esta enfermedad como un problema de Salud Pública. No se trata solo de estadísticas: la migraña afecta principalmente a mujeres en edad productiva, lo que agrava su impacto en la vida económica y familiar.
Un problema global que golpea fuerte en México
A nivel mundial, mil millones de personas viven con migraña, lo que representa al menos al 10% de la población, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El dato más revelador: es tres veces más común en mujeres que en hombres. En México, esta tendencia es aún más marcada: 1 de cada 4 mujeres la padece, en muchos casos con crisis relacionadas con el ciclo menstrual, que resultan más intensas y difíciles de tratar.
Lejos de ser un dolor pasajero, los episodios pueden extenderse de 4 a 72 horas y acompañarse de náuseas, vómito, fotofobia y fonofobia, síntomas que impiden trabajar, cuidar de la familia o realizar actividades básicas. Sin embargo, solo el 27% de los pacientes busca atención médica y la mayoría acude primero a un médico general, lo que retrasa el diagnóstico oportuno y reduce las posibilidades de un tratamiento especializado.

Migraña vs. otras enfermedades neurológicas
La migraña es la enfermedad neurológica más frecuente en México, por encima de padecimientos como la epilepsia o la esclerosis múltiple. Mientras que estos últimos cuentan con una mayor visibilidad en la conversación pública y reciben atención más estructurada dentro del sistema de salud, la migraña todavía enfrenta un estigma social: se minimiza como “dolor de cabeza” y no como la condición incapacitante que es.
Este rezago no es menor: la OMS la cataloga entre las primeras causas de discapacidad en el mundo. Si bien los tratamientos innovadores disponibles en otros países están comenzando a llegar a México, el acceso sigue siendo limitado para la mayoría de los pacientes.
Nuevas terapias: una oportunidad frente a la competencia médica
El tratamiento de la migraña ha estado dominado durante décadas por la automedicación con analgésicos de uso común, lo que, según especialistas, ha favorecido la cronificación de la enfermedad. Frente a esto, hoy existen terapias diseñadas exclusivamente para la migraña, que permiten atender tanto los episodios agudos como la prevención de crisis.
En comparación con las terapias tradicionales —que suelen ofrecer alivio parcial y con efectos secundarios—, los nuevos tratamientos se enfocan en dar a los pacientes mayor estabilidad emocional, recuperación de su productividad y una mejora real en su bienestar general. Países como España y Estados Unidos han mostrado avances significativos al incorporar estas terapias en sus sistemas de salud pública, lo que plantea un reto para México: garantizar que estas innovaciones estén al alcance de quienes más las necesitan.
El llamado de los especialistas
“El gran problema es que la migraña representa una carga única para las mujeres, porque se intensifica con su ciclo de vida y en etapas como la menopausia. A esto se suma la automedicación, que retrasa el diagnóstico y empeora la enfermedad”, explicó el Dr. Jefferson Voltaire Proaño Narváez, especialista en neurología y secretario de la AMCEMIG.
Para el especialista, la clave está en romper el estigma y asegurar diagnósticos tempranos. Con el acceso a tratamientos modernos, las pacientes pueden recuperar no solo su calidad de vida, sino también su autonomía y productividad.
Conclusión: visibilizar lo invisible
La migraña no distingue entre profesiones, géneros o clases sociales, pero sí golpea con más fuerza a las mujeres mexicanas en plena edad productiva. En un país donde más del 15% de la población la padece, el reto es claro: dejar de minimizarla, reconocerla como problema de salud pública e impulsar el acceso a tratamientos eficaces.
En este Día Mundial de la Migraña, la invitación es a informarse, acompañar y actuar, para que millones de pacientes puedan aspirar a una vida con menos dolor y más plenitud.
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