En un entorno marcado por la incertidumbre económica y la presión sobre los márgenes, Xerox anunció una actualización clave en su política de asignación de capital, justo en la antesala del cierre de su adquisición de Lexmark. La noticia, que llega con la reducción de su dividendo trimestral a 0,025 dólares por acción, representa mucho más que una simple cifra: es un viraje estratégico hacia la sostenibilidad financiera, la eficiencia operativa y, sobre todo, la preparación para enfrentar una nueva etapa de competencia tecnológica.
Este movimiento es relevante no solo por su impacto directo en los inversionistas de Xerox, sino también por el mensaje que envía al mercado: la prioridad ahora es el desapalancamiento, el fortalecimiento del flujo de efectivo y la capacidad de absorber los retos macroeconómicos sin sacrificar capacidad de innovación.
Xerox con miras a la adquisición de Lexmark: Menos dividendos, más músculo financiero
La directora financiera de Xerox, Mirlanda Gecaj, fue clara: reducir el dividendo es una acción alineada con la intención de liberar capital, mantener la flexibilidad financiera y sostener el enfoque en una operación que promete sinergias por al menos 238 millones de dólares. En el horizonte inmediato, la empresa proyecta un incremento en las ganancias ajustadas por acción y un aumento significativo en el flujo de caja libre.
Pero hay algo más interesante aquí: Xerox no busca simplemente adquirir una marca; apuesta por redibujar su identidad tecnológica en un ecosistema cada vez más orientado a soluciones inteligentes, automatización e infraestructura híbrida.

¿Y la competencia? La respuesta de HP, Ricoh y Canon
La estrategia de Xerox contrasta con los recientes movimientos de competidores directos como HP, Ricoh y Canon. HP, por ejemplo, ha apostado por la recompra de acciones y la estabilidad de dividendos como un mensaje de confianza para los accionistas. Ricoh, por su parte, ha intensificado la expansión de su línea de soluciones digitales, mientras que Canon continúa invirtiendo fuertemente en I+D, pero sin cambios notables en su política de dividendos.
A diferencia de estos actores, Xerox ha optado por reforzar su posición desde una visión más conservadora en lo financiero, pero agresiva en términos de consolidación estructural. Al priorizar la reducción del apalancamiento, Xerox está apostando por la rentabilidad de largo plazo más que por rendimientos inmediatos, un enfoque que puede ser leído tanto como una muestra de prudencia como una audaz declaración de reestructuración estratégica.
¿Qué puede aprender el lector de esta maniobra?
El caso de Xerox y su compra de Lexmark no solo interesa a inversionistas y analistas financieros. Esta movida envía señales claras a las empresas que buscan crecer en entornos digitales: no basta con adquirir tecnología, hay que preparar la infraestructura financiera y operativa para escalar de manera sostenida.
Mientras otros en la industria mantienen el foco en la estabilidad de corto plazo, Xerox se alinea con una visión a futuro, proyectando la fusión como una plataforma para optimizar procesos, fortalecer su estructura de costos y enfrentar un panorama comercial global en transformación constante.
Una nueva etapa, con los ojos puestos en la reinvención
La adquisición de Lexmark marcará una nueva era para Xerox, pero también redefine las reglas del juego para la competencia. Su movimiento, aunque conservador en el aspecto financiero, tiene el potencial de generar impactos profundos en el mediano plazo si logra materializar las sinergias prometidas.
En un mundo donde la tecnología y la gestión inteligente de recursos definen el éxito empresarial, Xerox nos recuerda que reinventarse exige tanto visión como disciplina.
👉 ¿Quieres mantenerte al tanto de las estrategias empresariales que están transformando la industria digital? Entra a attohh.com y suscríbete a nuestro boletín semanal.